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Las dos caras de Costa Rica

Emilia Rojas Sasse
8 de mayo de 2018

Con un llamado a la unidad asumió el nuevo presidente de Costa Rica, un país que enfrenta grandes retos internos y en que la mayoría del Parlamento está en manos de la oposición conservadora.

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Costa Rica Amtseinführung Präsident Carlos Alvarado Quesada
Imagen: Reuters/J. C. Ulate

Dinámico, incluyente, vanguardista en materia ambiental. Ese es el rostro del nuevo Gobierno de Costa Rica, encabezado por uno de los presidentes más jóvenes de la historia latinoamericana. Carlos Alvarado, de 38 años de edad, no ha escatimado en gestos de alto valor simbólico. Su gabinete cuenta con una mayoría de ministras, incluyendo a la nueva titular de Relaciones Exteriores, quien es también la primera afrodescendiente en ocupar el cargo de vicepresidenta en la región. El nuevo presidente y sus ministros llegaron además en un bus que funciona con hidrógeno al traspaso de mando, una ceremonia por añadidura "carbono neutral”, ya que se compensarán las emisiones producidas en su marco.

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"Esas son las pequeñas victorias. Esos son puntos muy simbólicos”, dice Francisco Robles Rivera, investigador del Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín. De partida, aplaude la mayoría femenina en los cargos ministeriales, subrayando que "es un cambio sustancial en cuanto a cómo se han manejado las relaciones de poder no solo en Costa Rica sino en América Latina”.

Los grandes retos

Pero una mirada más profunda echa por tierra cualquier asomo de euforia. "A la hora de traducir todo eso en poder duro, el panorama es complejísimo. Sobre todo porque hay divisiones ideológicas”, apunta Robles. El Partido Acción Ciudadana, de Alvarado, solo cuenta con 10 de los 57 escaños del parlamento. Tampoco con su aliado del Frente Amplio (1 escaño) y ni siquiera con el Partido Unión Socialcristiana (PUSC) lograría la mayoría absoluta. Una situación que dificulta acometer los problemas que enfrenta el país.

Dos son los principales desafíos que se plantean al nuevo gobierno, según Hajo Lanz, director de la Fundación Friedrich Ebert (de tendencia socialdemócrata) en Costa Rica. El primero es unir a los polos en que parece haberse dividido el país durante el proceso electoral: el sector ultraconservador cristiano, representado por Fabricio Alvarado, perdedor de la segunda vuelta electoral, y el sector más moderno y progresista, liderado por el presidente Carlos Alvarado. El segundo reto, a su juicio aún más complejo, es poner en orden las finanzas estatales. "Solo la mitad del presupuesto fiscal está financiado con ingresos tributarios; la otra mitad se recaba en el mercado financiero. Si no ocurre algo pronto, Costa Rica ya no va a poder financiar su Estado”, apunta Lanz. Y subraya  que la realización de las reformas necesarias dependerá del apoyo del Parlamento, "pero  será difícil obtenerlo en una Asamblea Legislativa en que no tiene mayoría”.

Costa Rica - Proteste
Protesta contra la reforma fiscal en abril de 2018.Imagen: Getty Images/AFP/E. Becerra

Primeros pasos

Con todo, el especialista de la Fundación Friedrich Ebert (FES) guarda un cierto optimismo: "Yo creo que lo puede conseguir, porque ya ha dado los primeros pasos correctos. En primer lugar, invitó a todos los partidos representados en la Asamblea Legislativa a unirse a un gobierno nacional, aunque desgraciadamente, algunos grandes bloques políticos, como Liberación Nacional, dijeron que no tomarán parte. Pero Alvarado ha presentado un programa que realmente podría llevar a este país por la vía acertada”.

Francisco Robles menciona también una serie de campos en los que urge tomar medidas. "Hoy Costa Rica es uno de los países con más desigualdad en América Latina”, afirma. Destaca igualmente el tema de la seguridad, recordando que el país "está inmerso además en una zona geográfica del mundo que es altamente conflictiva, no solo por el tráfico de drogas, sino por los problemas de desigualdad”. La lucha contra la corrupción es otra asignatura clave. Pero el académico de Berlín coincide con Lanz en que "el reto más importante va a ser llevar adelante una reforma fiscal” en que tendrán que hacer concesiones los sectores sociales y la clase empresarial.

La vida real

El jefe de la FES en Costa Rica considera que es un asunto de largo aliento: "Será un proceso que el país tendrá que emprender, de seguro acompañado por el Banco Mundial o la OCDE, que se prolongará los próximos 10 o 15 años. Pero hay que tomar la dirección correcta. Eso significa que el sector público no debe seguir creciendo descontroladamente, hay que poner un tope a las pensiones y sueldos del sector público y tendrán que aumentar los ingresos por concepto de recaudación tributaria”.

Lanz destaca positivamente la postura de Costa Rica en defensa del medio ambiente y en otras materias, a nivel mundial.  "Pero pese a todos esos excelentes planes, no se puede olvidar la vida real en este pequeño país. No solo se trata del gran escenario internacional, sino que hay que preocuparse de poner en orden las finanzas en casa. Hay que preocuparse de la infraestructura por la que prácticamente no se hizo nada durante 25 años, y de que el seguro social reciba fondos para asegurar las rentas”.

Son grandes problemas que el gobierno saliente no pudo resolver. Alvarado tendrá cuatro años para intentarlo. Pero todo dependerá de cómo actúe la Asamblea Legislativa.