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Rechazo a migrantes en la frontera: ¿lícito o ilegal?

Stephanie Höppner
29 de junio de 2018

La Unión Cristianosocial (CSU), el partido bávaro de la coalición de Merkel, aún insiste en rechazar a los refugiados en la frontera. ¿Es eso legalmente posible?

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Frontera con alambre de púa entre Hungría y Serbia.
Frontera con alambre de púa entre Hungría y Serbia.Imagen: picture-alliance/dpa/MTI/S. Ujvari

El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, insiste aún en rechazar a los inmigrantes en la frontera alemana que hayan sido registrados en otro país de la UE. Merkel, en cambio, prefiere una solución europea al problema.

La migración se ha convertido en "una disyuntiva para la Unión Europea". Seehofer explicó, sin embargo, en el programa de televisión "Maischberger", que perdería "credibilidad”, si no cumple sus promesas. Queda por ver cómo la nueva línea más dura, adoptada en la cumbre de la UE, podría influir en la postura de dicho ministro.

¿Hay obligación de recibir a todos los solicitantes de asilo?

También entre los juristas se debate el problema. Hans-Jürgen Papier y Udo Di Fabio, profesores de derecho constitucional, han acusado a la canciller de haber "violado la ley", por haber permitido la entrada de casi un millón de refugiados en 2015/16. Una acusación rechazada por el Tribunal de Justicia Europeo.

El exjuez constitucional Di Fabio elaboró un reporte, por encargo del gobierno de Baviera, en el que se concluye que la Federación alemana está obligada a "retomar el control efectivo de las fronteras cuando el sistema europeo común de seguridad fronteriza e inmigración se vea interrumpido temporal o permanentemente". Dicho estudio llega también a una conclusión certera: "El derecho internacional no obliga a ningún país a aceptar víctimas de guerras civiles ilimitadamente”.

Rechazo bajo la regla de Dublín

El profesor de derecho Kay Hailbronner, de la Universidad de Constanza, también respalda  la postura de Seehofer. Hailbronner, co-presidente del Centro de Investigación sobre Inmigración y Ley de Asilo, invoca la Constitución alemana, cuyo Artículo 18 sobre asilo prevé que Alemania está en su derecho de negarle la entrada a un solicitante de asilo que ya se haya registrado antes en otro país. Con esto, los juristas del equipo de Hailbronner concluyen que el solicitante de asilo en la frontera no tiene derecho a que Alemania considere su caso ni a que se le conceda asilo. Si bien es cierto que este derecho puede concederse en casos excepcionales, la denegación de asilo en una frontera es legal.

En el caso de que el solicitante llegue directamente a  Alemania, este país es responsable de examinar la solicitud de asilo, en virtud del Derecho comunitario o internacional, o si ha sido instruido por el Ministerio Federal del Interior. No obstante, una denegación sigue siendo acorde con la ley.

Además, el informe del profesor de la Universidad de Constanza señala que el procedimiento actualmente válido solo se ha aplicado "muy pocas veces". Así, en los últimos dos años, se procesaron más de 900.000 solicitudes de asilo en Alemania, y solo se ejecutaron 11.000 retornos a otros países. Con tal "falla del sistema de Dublín", no se puede exigir el cumplimiento de las reglas normalmente aplicables, escribe Hailbronner.

¿Quién puede ser enviado a dónde?

En principio, todos los solicitantes de asilo están sujetos al denominado Reglamento de Dublín III, adoptado por la UE, en virtud del cual un refugiado debe solicitar asilo en el país de la UE al que ingresó primero. Pero hay algunas condiciones que deben verificarse primero, como si alguien tiene parientes en Alemania, por ejemplo. Entonces, un rechazo ya no sería posible. Incluso los menores refugiados no acompañados no pueden ser transferidos a otro estado.

En última instancia, dice a DW Thomas Groß, profesor de Derecho Europeo en la Universidad de Osnabrück, la iniciativa bávara "es un ataque a las bases de la Unión Europea, más exactamente a la libertad de movimiento dentro de las fronteras de la Unión”. No solo los refugiados serán los afectados, sino los turistas, empresarios, y todo el sector del transporte. 

Aún así, la ONG Pro Asyl  es pesimista y considera que, a pesar de las críticas políticas y jurídicas, la idea de Seehofer terminará imponiéndose. Pro Asyl llega a la conclusión de que "en estos momentos están siendo derribados los fundamentos legales de la Unión Europea, porque se están haciendo posible cosas que no son del todo lícitas”.

Stephanie Höppner (jov/er)