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Turingia: por qué Alemania está tan indignada

Kay-Alexander Scholz
6 de febrero de 2020

Terremoto político en Alemania: en una votación histórica, el partido de extrema derecha AfD consiguió romper la marginación a que la habían sometido los otros partidos. Merkel calificó lo ocurrido de "imperdonable".

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Deutschland l Proteste nach Ministerpräsidentenwahl in Thüringen
Imagen: Reuters/A. Hilse

El ascenso de los nacionalsocialistas en los años 30 condujo a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto, el peor quiebre civilzatorio en la historia de la humanidad. Es un legado que pesa mucho sobre los alemanes. El miedo a una vuelta a esos tiempos nunca desapareció por completo, también porque en la Alemania de la posguerra muchos antiguos nazis pudieron hacer carrera de nuevo. Esto fue denunciado más tarde por el movimiento del 68.

Desde entonces, una activa cultura de la memoria ha sido parte de la razón de Estado. Los conservadores alemanes, aglutinados mayormente en la Unión Cristiano Demócrata (CDU) se comprometieron a no permitir nunca más que un partido emerja políticamente a su derecha. Tuvieron éxito, pero solo hasta que la "Alternativa para Alemania" (AfD) entró en la escena política.

Los populistas de extrema derecha lograron establecerse poco a poco a partir de 2015. Especialmente en el este de Alemania, sus éxitos electorales son tan grandes que las mayorías en su contra exigen coaliciones amplias e inusuales, incluyendo partidos de izquierda. Los antiguos partidos mayoritarios CDU y SPD (socialdemócratas) han perdido mucho apoyo.

Una república confundida

El miércoles (05.02.20) estalló la bomba. Ante el estupor general, el parlamento regional de Turingia, en el este de Alemania, eligió como jefe del gobierno local a Thomas Kemmerich, un diputado del Partido Liberal Demócrata (FDP), gracias a los votos de los diputados de la CDU, el partido de Merkel, y AfD.

La AfD es actualmente la segunda fuerza en el parlamento de Turingia, con 89 representantes. Su ala más radical, liderada justamente desde Turingia, rechaza el cultivo de la memoria de los crímenes del Tercer Reich.

Se fortalece la AfD

En el este de Alemania, muchos conservadores de la CDU ya piensan desde hace tiempo en una posible cooperación con la AfD. En general, la voluntad de aliarse con los partidos de izquierda es menos alta en el Este que en el Oeste. Esto también tiene que ver con la experiencia histórica de una dictadura de izquierda de la RDA, cuyo fin tuvo lugar hace solo 30 años.

La directiva nacional de la CDU responde con prohibiciones: no habrá cooperación de ningún tipo con los populistas de la AfD, declaró repetidamente. Pero a la nueva líder cristianodemócrata, Annegret Kramp-Karrenbauer, le cuesta más trabajo imponerse que a Angela Merkel.

Incluso desde muy lejos, la canciller se puso firme y demandó nuevas elecciones en Turingia: "Es un acto imperdonable" y es "un mal día para la democracia", dijo Merkel este jueves desde Sudáfrica. Poco después, el liberal Kemmerich anunció su renuncia al cargo primer ministro, para el que había sido electo en la víspera: "Hemos decidido pedir la disolución del parlamento de Turingia (...) y mi dimisión es inevitable".

Así que habrá nuevas elecciones en Turingia. Pero aún no está claro quién se beneficiará más de ellas. Probablemente la AfD. Porque ahora consiguió romper el tabú, aunque solo haya sido por 24 horas.

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