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Vínculos de la AfD dividen a la extrema derecha europea

Hans Pfeifer
30 de abril de 2024

Pagos ilegales procedentes de Rusia y un presunto espía: la AfD está bajo presión en Alemania. Esto tensa también las relaciones con sus socios europeos poco antes de las elecciones parlamentarias de la UE.

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Maximilian Krah.
Maximilian Krah, una figura que complica a la AfD.Imagen: Andreas Arnold/dpa/picture alliance

La Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) prometió a los votantes de cara a las elecciones del Parlamento Europeo del próximo 9 de junio que luchará contra "las restricciones a la soberanía nacional y la redistribución de la riqueza y el patrimonio mediante normativas de la Unión Europea (UE)". Asimismo, en su programa electoral, dice que pretende convencer a otros partidos europeos para lograr este objetivo.

Pero después de todos los escándalos protagonizados por la AfD en los últimos meses, ¿quién en Europa querría formar una bancada con ellos? ¿Con un partido en el que hay políticos sospechosos de haber aceptado fondos ilegales de Rusia? ¿O de haber dado trabajo a un espía chino e idolatrar al régimen autoritario de China?

Sobre todo, la relación con el partido de extrema derecha francesa, Rassemblement National (RN), liderado por Marine Le Pen, es tensa desde hace meses. El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung informa, remitiéndose a fuentes que conocen lo que ocurre al interior del partido, que RN estaría considerando abandonar el grupo conjunto de extrema derecha "Identidad y Democracia" tras las elecciones europeas.

Marine Le Pen y el presidente francés, Emmanuel Macron
La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen y el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron.Imagen: LUDOVIC MARIN/AFP/Getty Images

La extrema derecha europea y Putin

Los escándalos de la AfD inquietan a Le Pen y complican sus planes de convertirse en presidenta de Francia. Al fin y al cabo, sus vínculos con radicales, con el autocrático gobierno ruso de Vladimir Putin y un espía chino, no encajan en su estrategia presidencial.

En 2017, ella se presentó orgullosa al lado de Putin y aceptó un préstamo millonario de un banco estrechamente vinculado al Kremlin. Pero ahora la derecha francesa busca distancia, y ya se lo hizo saber a la líder de la AfD, Alice Weidel.

En una reunión entre ambas en París, Le Pen habría exigido a Weidel un compromiso por escrito de no permitir nunca que los supuestos planes de expulsión de inmigrantes de Alemania formen parte del programa de la AfD.

En Italia, la ultraderecha tampoco parece querer asociarse con ellos. En enero de 2024, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, declaró que existían "diferencias irreconciliables" entre su partido de ultraderecha Fratelli d'Italia y la AfD.

Meloni dijo que esta divergencia tiene que ver con las relaciones con Rusia. Aunque la postfascista está considerada de línea dura en política interior y migratoria, en política exterior se orienta hacia la alianza transatlántica con Estados Unidos, a diferencia de la AfD.

Giorgia Meloni.
Giorgia Meloni dice que su partido Hermanos de Italia tiene "diferencias irreconciliables" con la AfD.Imagen: ABACAPRESS/IMAGO

La AfD busca distanciarse de las polémicas

La AfD está sacudida por sus propios escándalos. Al inicio de la campaña electoral, la dirección del partido ordenó a su propio candidato principal, Maximilian Krah, que no participara. La lista de acusaciones, sospechas y rumores que le rodean se ha vuelto demasiado larga: uno de sus empleados acaba de ser detenido como sospechoso de espiar para China.

Según los medios de comunicación, el FBI también interrogó a Krah en Nueva York sobre el dinero procedente de Rusia. Y la fiscalía de Dresde inició dos investigaciones preliminares contra él por sospechas de pagos ilegales desde Rusia y China. Krah rechaza todas las acusaciones y ha ofrecido su cooperación a las autoridades de seguridad.

El segundo en la lista de la AfD también está en problemas. Petr Bystron también es sospechoso de haber recibido pagos ilegales de Rusia. La sospecha es aún más grave en su caso: los medios de comunicación informan de grabaciones de audio en las que Bystron se habría quejado de que el dinero se pagaba en billetes muy grandes.

Pero el fin de los escándalos de la AfD está lejos. El ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, espera que se destapen nuevos casos de espionaje en los próximos meses: "Tenemos que partir de la base de que en los próximos meses se seguirán produciendo nuevas revelaciones", declaró a la cadena de televisión alemana ARD.

(ju/ers)