Nuevo aeropuerto de Berlín: más de una década de contratiempos
Desde la primera piedra, hace 13 años, errores de planificación, defectos de construcción y un largo etcétera han retrasado sin fin la apertura de un nuevo aeropuerto en Berlín. En DW repasamos las peores fallas.
El cuento de nunca acabar
Debía abrir el 30 de octubre de 2011. Pero no. Para empezar, la empresa que lo planificaba quebró. El gran día se pospuso ya cinco veces: por el sistema de protección contra incendios que no funcionaba, porque el techo amenazaba con colapsar... Decenas de miles de fallas retrasaron el proyecto estrella del aeropuerto Willy Brandt en Berlín (BER). Ahora, aseguran que abre en 2020.
Alto riesgo de incendio
Es cierto que las reglas alemanas de protección contra incendios son estrictas, pero las grandes deficiencias del aeropuerto de Berlín no pueden justificarse con la burocracia excesiva. El sistema de ventilación, por ejemplo, no funcionó inicialmente por un error de los arquitectos: habían pretendido derivar el humo por debajo de los pasillos del aeropuerto, y hubo que hacer grandes cambios.
Ensalada de cables
En términos de seguridad, los muchos cables que se colocaron sin contemplaciones, unos sobre otros, generaron gran preocupación. Con la expansión de la terminal, diversas compañías fueron colocando cada vez más cables en las líneas, hasta que estas finalmente se saturaron. Esto, generó un peligro de incendio. Sobre todo, porque la mayoría de los cables se tendió completamente al azar.
Escaleras mecánicas muy cortas
Quien termina un vuelo transatlántico, desea llegar a casa lo más rápido y cómodamente posible. Desafortunadamente, para quienes quisieran tomar el tren, eso significaría: cargar maletas. Las escaleras mecánicas de la terminal de llegadas a la estación subterránea quedaron demasiado cortas. Faltaron algunos pasos. Inicialmente, también se planearon pocas y demasiado pequeñas cintas de equipaje.
Más de 1000 árboles mal plantados
Por si fuera poco, 1036 árboles se plantaron mal. La razón: según informes de prensa, los jardineros encargados ordenaron especies equivocadas. Tilo de invierno alemán no estilizado debían ser, pero fueron holandeses y estilizados. Unos 600 de estos árboles fueron arrancados de nuevo.
Espacios mal señalizados
Casi uno de cada tres de los 4.000 espacios estaba mal etiquetado. En las puertas colgaban números equivocados. La razón: nuevamente, dificultades de comunicación. Todo se fue reprogramando constantemente, sin nadie que tenga en mente los cambios exactos. Esto podría haber terminado peligrosamente: los bomberos, la policía y los médicos de emergencia necesitan una señalización confiable.
Desastre en la planificación de costos
Debía convertirse en el atractivo aeropuerto de una atractiva metrópolis mundial. Pero está por ver si aún puede ganarse ese prestigio. Una cosa está clara: los costos fueron ampliamente mal calculados. Al final, el megaproyecto costará más del doble de lo estimado: oficialmente, los costos han aumentado de 2.000 millones a 5.400 millones de euros, desde que comenzó la construcción.
Soborno y falsos diplomas
Y hasta eso: se dice que el exjefe de tecnología del aeropuerto recibió alrededor de medio millón de euros en sobornos. Ya fue condenado. Además, resultó que el jefe de planificación del sistema de protección contra incendios no era un ingeniero graduado, sino un dibujante técnico. Para los críticos, este manejo del personal es la causa principal de la debacle del BER.
El próximo, por favor
A los responsables del proyecto no les debe quedar ya humor alguno. En tres años, cuatro gerentes de aeropuertos tuvieron que quitarse del camino. El Senado de Berlín investiga la debacle a través de un comité especial creado para estos efectos. Parece un chiste, como todo lo demás, pero no lo es: en el informe final se habla de "pérdida colectiva de contacto con la realidad".