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Duque tiene su parte en cifras récord de coca y cocaína

María Santacecilia
26 de junio de 2019

En 2017, Colombia alcanzó cifras récord en hectáreas de cultivo de coca y producción de cocaína. ¿Qué factores propiciaron ese incremento? ¿Tiene que ver con la implementación del Acuerdo de Paz?

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Imagen: imago/Agencia EFE/M. D. Castaneda

Son cifras que ya se hicieron públicas en 2018 y que este miércoles (26.06.2019) presentó en Viena la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en su Informe Mundial sobre las Drogas. Tanto el cultivo como la producción coca alcanzaron niveles récord en Colombia en 2017. Los cultivos aumentaron desde las 46.000 hasta las 171.000 hectáreas durante el período comprendido entre 2013 y 2017 y la producción de cocaína ascendió a las 1.976 toneladas, lo que representa un 25 por ciento más que en 2016. "Los factores del aumento vienen dándose en Colombia desde 2013 y 2014”, dice a DW Isabel Pereira, asesora política sobre drogas en el Centro de Estudios De Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia). La experta menciona, por un lado, factores económicos, como la devaluación del peso colombiano frente al aumento del valor del dólar, lo que hace más rentable las transacciones con productos de exportación. Además, la bajada a nivel global del precio del oro forzó a la gente que dejó coca por este metal a volver a su cultivo. "También hay una demanda de cocaína permanente por parte de Estados Unidos y Europa, que nunca ha cesado”, apunta la experta.  

Isabel Pereira, kolumbianische Politikwissenschaftlerin
Isabel Pereira. Imagen: privat

El peso de las expectativas

Pero hay otros factores que explican el aumento récord de los cultivos y que tienen que ver con las expectativas generadas a raíz del Acuerdo de Paz. "Los lugares donde se cultiva coca en Colombia tienen unas condiciones de pobreza rural y desconexión con el Estado muy graves”, continúa Isabel Pereira. Eso implica que no hay servicios de salud, no hay acceso a educación, no hay carreteras que comuniquen con centros donde se pueda comerciar con productos agrícolas. Durante décadas, estas comunidades reclamaron una presencia efectiva del Estado. Con los acuerdos de paz, vieron una posibilidad de que la ansiada atención estatal se hiciera finalmente realidad, ya que, desde 2015, se supo que el capítulo de drogas en el Acuerdo de Paz comprendía no solo los subsidios sino una asistencia técnica en esas zonas priorizadas y la implementación de proyectos productivos que permitieran la transición a cultivos legales y alternativas económicas viables. "Más allá de los subsidios, la expectativa era la de poder ser beneficiario de esa atención integral”, dice Pereira. "Gente que ya había arrancado sus matas ante la posibilidad de tener la atención del Estado en una zona profundamente pobre descubrió que plantar podía ser un camino para ser priorizado por el Estado”, agrega la experta, aunque considera que este no es uno de los factores de mayor peso en el aumento del cultivo.

Infografik Anbau von Coca in Südamerika ES
INFOGRAFIK Cocain Fluss von Südamerika in die USA ES

La paz y las drogas: "El Gobierno de Duque debilita la construcción de la paz"

Para Pereira, se ha producido "una combinación desafortunada” de factores. "Ni el Gobierno de Santos dejó la financiación ni la capacidad técnica suficiente para la implementación del programa de sustitución, ni el Gobierno de Duque le ha dado la continuidad que le debía dar. En el último año del Gobierno de Santos se debió haber avanzado más rápido en el cumplimiento de las promesas del Acuerdo de Paz. Pero el avance fue muy lento y muy desigual. Esta situación se ha intensificado con el nuevo Gobierno porque no hay un compromiso claro en el mantenimiento de la capacidad del programa y hay muchos cambios en cuanto a cuál va a ser la entidad encargada de este tema y de dónde van a salir los fondos para él”, dice la experta. A ello debemos sumarle la entrada de otros grupos ilegales armados, interesados en tomar el control que antes tenían las FARC sobre el negocio, porque la demanda sigue presente. "Estos grupos presionan a los campesinos, a veces de manera violenta, para que sigan cultivando coca”, asegura Pereira.

¿Echará marcha atrás Duque en la implementación del punto 4 del Acuerdo de Paz sobre el programa de cultivos ilícitos? "En la práctica lo está haciendo, sentencia la experta. Un incumplimiento o una negligencia es echar para atrás los avances alcanzados. "Si las personas que se acogieron al programa de sustitución erradicaron sus matas de coca y ahora se quedaron sin absolutamente nada, eso lo que hace es exponerlos a ciclos de violencia y de sometimiento a la ilegalidad. Yo creo que el Gobierno de Duque, por medio del incumplimiento, debilita el Acuerdo y la construcción de paz”.

(jov)

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