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Medio siglo de lucha por los derechos indígenas en Colombia

Martín Vidal
24 de febrero de 2021

Cincuenta años, llenos de constantes desafíos, cumple el Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC. Dos de sus dirigentes históricos hacen balance.

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Kolumbien Regionaler Indigener Rat von Cauca (CRIC)
Imagen: Martín Vidal Trochez

Elides Pechené es un exconsejero mayor del CRIC, pertenece al pueblo Misak y piensa que, en estos 50 años, se debe sentir satisfacción por la recuperación de muchas tierras anteriormente usurpadas a los indígenas y que para 1971, estaban en manos de los terratenientes, de la Iglesia y de la esfera política tradicional. Para Elides es tan importante la recuperación de la tierra como la recuperación de la legítima autoridad en los territorios indígenas, también en manos los despojadores. 

Alfonso Peña es un indígena Nasa, es desmovilizado de la guerrilla indígena del "Movimiento Quintín Lame”, que firmó la paz con el gobierno colombiano en 1991. Gracias a ello, fue uno de los tres constituyentes indígenas que participaron en la discusión y promulgación de la actual Constitución Política de Colombia. 

Con la nueva Constitución, los Resguardos Indígenas comienzan a recibir el 0,52% de los recursos del sistema general de participaciones del país. Sin embargo, su asignación se tasa en el presente año en aproximadamente 40 dólares al año por cada habitante indígena censado. Si bien esta fue una conquista de las demandas indígenas, Alfonso cree que, como consecuencia de ello, los cabildos indígenas se dedicaron a administrar, pero descuidaron lo organizativo. Este cambio en las prioridades, ha creado una nueva generación de líderes expertos en proyectos, pero sin la mística y la visión de los anteriores, complementa Alfonso.

Kolumbien Regionaler Indigener Rat von Cauca (CRIC)
Elides Pechené (Misak) y Alfonso Peña (Nasa), dos experimentados dirigentes del CRIC que participan en la conmemoración de los cincuenta años de la organización. Imagen: Martín Vidal Trochez

Negociaciones con el Gobierno

A partir de la década del 90, disminuye el proceso de recuperación de tierras en el Cauca y comienza una etapa de movilizaciones y negociaciones con el Gobierno. Alfonso asegura que en las recuperaciones de tierra se logró mucho más que en las negociaciones de las últimas tres décadas. Así lo evidencian los datos: el área adquirida por el Gobierno con destino a las comunidades indígenas del Cauca, corresponde solo a un 12% de los territorios en posesión de estas.

Alfonso peña es ahora abogado de la organización. Cree que el tema jurídico es uno de los principales obstáculos para los pueblos indígenas en Colombia en la actualidad. Explica que el Gobierno no ha querido entender las exigencias sobre el gobierno propio, una de las principales demandas, que otorgaría autonomía plena a las autoridades indígenas para gobernar sus territorios según sus usos y costumbres. Treinta años después de promulgada la Constitución, el gobierno se ha negado a promulgar una ley de reordenamiento territorial que le dé el carácter pleno de Entidades Territoriales a los Resguardos Indígenas. Y es porque este tema se cruza con otras demandas, como la devolución de áreas ancestrales, la ampliación de los resguardos y la dotación nuevas tierras.

Consecuencias del conflicto armado

Otro de los problemas más graves que afronta el CRIC en estos momentos, enfatiza Alfonso, es el conflicto armado. Ha sido muy dura la arremetida en contra de las autoridades y líderes indígenas y eso está llevando al desplazamiento de muchas familias y al debilitamiento de las estructuras de autoridad y organización en muchas zonas.  Sin embargo, él cree que el CRIC persistirá y se fortalecerá gracias a la experiencia y capacidad de convocar y generar unidad. Por eso ahora se proyecta también como organización nacional.

Kolumbien Regionaler Indigener Rat von Cauca (CRIC)
Danza del pueblo Misak, en el cincuentenario del CRIC.Imagen: Martín Vidal Trochez

Al inicio de la organización, los dirigentes tenían máximo segundo grado de educación primaria y lograron crear una de las organizaciones más fuertes y duraderas del continente, concluye Elides. Las nuevas generaciones se han beneficiado de lo que se ha logrado en derechos educativos y muchos se han formado académicamente en las universidades convencionales, pero no en la universidad de la vida y esto les debilita el criterio práctico y organizativo que tenían los fundadores. Para él, la formación de las nuevas generaciones, sin perder ese hilo de la historia, constituye uno de los retos más grandes de la recientemente reconocida Universidad Indígena Intercultural; uno de los últimos logros del CRIC.