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Suiza: ¿libre de pesticidas?

Katharina Wecker
11 de mayo de 2021

Una iniciativa suiza pretende prohibir completamente los pesticidas sintéticos. Pero ¿puede funcionar el sistema solamente con agricultura ecológica? Ecologistas, agricultores y empresas químicas no se ponen de acuerdo.

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Idílica vista sobre los prados de primavera en la ciudad de Davos, en el cantón de los Grisones, Suiza.
¿Un mundo perfecto para Heidi? En la agricultura suiza convencional también se utilizan pesticidas y herbicidas.Imagen: picture-alliance/robertharding/R. Moiola

El viticultor Jean-Denis Perrochet llena el depósito de su tractor con leche diluida. Es lo que emplea para deshacerse de los hongos en las vides de su viñedo, cerca de la ciudad de Neuenburg, en el noroeste de Suiza. El sulfato de cobre, un pesticida orgánico, tampoco es bueno a largo plazo para el suelo, según el agricultor ecológico.

Perrochet y su familia empezaron a trabajar exclusivamente con métodos de agricultura ecológica en 2012. No utilizan pesticidas químicos, herbicidas ni fertilizantes sintéticos. En su lugar, enriquecen el suelo con compost casero y eliminan mecánicamente las malas hierbas.

"Trabajamos de forma más saludable. Esa es la ventaja de estos métodos. No esparcimos veneno”, dice Perrochet. "Antes, con las pulverizaciones sintéticas, existía la sensación de que no era bueno para la salud ni para el medioambiente”, señala. 

El viticultor ecológico Jean-Denis Perrochet hace girar a mano una prensa de vino histórica.
El viticultor ecológico Jean-Denis Perrochet presenta su histórico lagar en la granja.Imagen: Jean-Denis Perrochet

"Por una Suiza sin pesticidas sintéticos”

Perrochet admite que el cambio a la agricultura ecológica complica un trabajo ya de por sí difícil. Pero está convencido de que todos los agricultores pueden prescindir de pesticidas. Por eso, el viticultor y sus compañeros de campaña lanzaron en 2016 la iniciativa "Por una Suiza sin pesticidas sintéticos”.

La prohibición no solo afectaría a los agricultores, sino también a los jardineros aficionados y a los ferrocarriles suizos, que utilizan herbicidas para eliminar las malas hierbas de las vías del tren. Los suizos deben decidir sobre la iniciativa en un referéndum el 13 de junio.

Los pesticidas son un problema en Suiza desde hace tiempo. En 2019, un estudio del Instituto suizo de Investigación del Agua (conocido como EAWAG) sobre los residuos de pesticidas en las aguas subterráneas fue noticia. En particular, el fungicida clorotalonil superó varias veces los límites legales. La Oficina Federal de Seguridad Alimentaria (BLV, por sus siglas en alemán) declaró entonces a los medios de comunicación suizos que no había riesgo para la salud de la población, ya que las concentraciones medidas seguían siendo bajas a pesar de superar los límites. Sin embargo, el clorotalonil se prohibió en Suiza a principios de 2020 después de que la Unión Europea reevaluara el ingrediente activo y lo clasificara como potencialmente peligroso para la salud.

Una máquina elimina las malas hierbas en los viñedos.
En sus viñedos, Perrochet no utiliza ningún producto químico: las malas hierbas se eliminan mecánicamente.Imagen: Jean-Denis Perrochet

El estudio sobre el clorotalonil ha inquietado a muchas personas en Suiza. Además de la iniciativa sobre los pesticidas, también hay una iniciativa sobre el agua potable. En lugar de una prohibición total de los plaguicidas, propone poner fin a todas las subvenciones estatales a los agricultores que no se comprometan con métodos de producción sostenibles y ecológicos.

"2x no a las iniciativas agrícolas extremas”

A estas iniciativas se opone una alianza de asociaciones de agricultores y grupos de presión, que han unido sus fuerzas bajo el lema "2x no a las iniciativas agrícolas extremas”. Los gigantes de la química agrícola, Syngenta y Bayer, promueven los beneficios de los plaguicidas en una plataforma de internet específica y con campañas en las redes sociales. El gobierno suizo también se ha posicionado y aconseja a la población que vote en contra de las iniciativas.

La iniciativa sobre los pesticidas tendría graves consecuencias, según Sandra Helfenstein, portavoz de la Unión Suiza de Agricultores. La producción nacional disminuiría, las importaciones aumentarían y con ello los precios de los alimentos. "Estos agentes se emplean porque hay enfermedades y plagas. No van a desaparecen de repente solo porque no queramos usarlos más”, explica Helfenstein.

Personas en un barco sosteniendo carteles contra los pesticidas.
Manifestación contra los pesticidas frente a la sede de Syngenta en Basilea, el 15 de abril de 2021.Imagen: Manuel Lopez/Campax

Los agricultores se sienten injustamente señalados y "golpeados” en el debate. Sin embargo, la agricultura mejora constantemente, según Helfenstein. De hecho, el uso de pesticidas sintéticos en Suiza ha disminuido un 40 por ciento en los últimos diez años.

Lo positivo y negativo de los pesticidas

El agricultor Thomas Wyssa cree que la eliminación total de plaguicidas sintéticos no funcionaría. "Ya tenemos problemas para producir coles de Bruselas suizas”, dice. Las coles de Bruselas se plantan en mayo y se cosechan en noviembre. Las plantas tienen que enfrentarse a insectos, enfermedades y al clima durante el largo periodo de cultivo. A Wyssa le gustaría que el público comprendiera mejor cuándo y por qué son necesarios los pesticidas. "No queremos envenenar a nadie. También comemos nuestras propias verduras”, dice.

La agricultura intensiva con plaguicidas protege a las plantas de plagas y enfermedades, aumenta el rendimiento y permite alimentar a más personas que nunca antes en la historia de la humanidad. Pero a menudo se hace a costa del medioambiente.

Esto se debe a que los plaguicidas tienen un efecto negativo sobre los insectos, ya sea porque los dañan directamente, o indirectamente porque eliminan las malas hierbas indeseables que son fuente de alimento y refugio para ellos. Si disminuyen los insectos, también lo hacen las aves que se alimentan de ellos.

Un tractor rociando pesticidas en un campo.
Los pesticidas y herbicidas facilitan el trabajo de los agricultores.Imagen: picture-alliance/Bildagentur-online/Ohde

Además, los productos químicos rara vez permanecen en los campos donde se rocían. El viento y la lluvia esparcen los plaguicidas por ríos, lagos y otros hábitats, y los estudios demuestran una disminución extrema de la biodiversidad en los límites de las tierras de cultivo.

También se sospecha que algunos plaguicidas causan daños a largo plazo en la salud humana. Los estudios demuestran que los agricultores son más propensos a padecer enfermedades como el parkinson y algunos cánceres como el linfoma de Hodgkin que la población media. En Francia, la enfermedad de parkinson está reconocida ahora como una enfermedad laboral para los agricultores.

Las deficiencias de la agricultura ecológica

Los científicos se preguntan si es posible prescindir por completo de los pesticidas sintéticos y, a su vez, garantizar la seguridad alimentaria mediante la agricultura ecológica. Agroscope, el centro de investigación de la Oficina Federal de Agricultura de Suiza, ha investigado qué pesticidas sintéticos de alto riesgo podrían ser sustituidos. Algunos de estos pesticidas podrían eliminarse fácilmente, pero no todos, concluye el estudio. Los viticultores y fruticultores tendrían pocas dificultades para adaptarse, pero el cultivo de la remolacha azucarera, el maíz y la colza sería extremadamente difícil, si no imposible.

De media, la cosecha en la agricultura ecológica es un 15 por ciento menor que en la convencional, según un meta-análisis publicado en la revista Nature. Un cambio a la agricultura puramente ecológica requeriría más tierra para compensar los rendimientos más bajos.

Arndt Feuerbacher, que investiga sobre agricultura sostenible en la Universidad de Hohenheim, afirma que hay que tener en cuenta que no todos los lugares son adecuados para la agricultura ecológica. "En algunas zonas hay problemas de erosión del suelo, por lo que la agricultura convencional permite más opciones”, explica Feuerbacher a DW. En la agricultura ecológica, se suele arar el suelo para eliminar las malas hierbas, mientras que en la convencional se eliminan con herbicidas, lo que supone menos trabajo para los agricultores y, por tanto, mayor rentabilidad.

"El cien por cien ecológico es muy difícil de justificar desde el punto de vista económico, y tampoco tiene necesariamente sentido desde el punto de vista medioambiental”. Si con ello hay que importar más piensos de Brasil debido a la disminución de los rendimientos nacionales, los problemas simplemente se trasladan a otras regiones del mundo, según Feuerbacher.

Huerto de una granja ecológica en Ifenthal, con la iglesia de Ifenthal al fondo.
Incluso sin la prohibición de los pesticidas, cada vez hay más agricultura ecológica en Suiza, como aquí en Ifenthal.Imagen: cc-by-sa Zerohund

A pesar del mayor consumo de tierra, el cambio a una agricultura ecológica podría tener éxito si la gente comiera menos productos animales y desperdiciara menos alimentos, según los científicos. En la actualidad, cerca del 71 por ciento de la tierra cultivable del mundo se destina a la producción de alimentos para el ganado y solo el 18 por ciento se emplea para cultivar vegetales para el consumo humano. Al mismo tiempo, cerca de un tercio de todos los alimentos producidos no se consumen nunca, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

¿Cambio progresivo hacia una agricultura ecológica?

En el camino hacia un futuro sin pesticidas, una pequeña comunidad del norte de Italia quiere pasar a la agricultura ecológica y fue noticia internacional en 2014. En un referéndum, el pueblo de Mals decidió prohibir el uso de pesticidas en todo su territorio. Solo se permitirán los plaguicidas biodegradables. Un tribunal acabó anulando la decisión después de que varios propietarios se opusieran. Pero el gobierno local planea apelar esa sentencia.

Aunque actualmente los pesticidas no están prohibidos en absoluto, Koen Hertoge, uno de los impulsores del referéndum, ya observa un cambio de actitud a nivel nacional. "La gente se ha dado cuenta de que los pesticidas son un callejón sin salida. Cada vez más agricultores de la región se pasan a la agricultura ecológica y utilizan menos pesticidas”, señala.

Lo mismo ocurre en Suiza. Una de cada seis explotaciones agrícolas del país es ya una granja ecológica certificada, según la organización que agrupa a la agricultura ecológica de Suiza, Bio Suisse. Y el número está creciendo.

Las encuestas muestran que la prohibición de los pesticidas en Suiza tiene muy pocas posibilidades de ser aprobada. No obstante, activistas, como el viticultor Perrochet, esperan que el debate público sirva al menos para que los agricultores se replanteen la cuestión y la agricultura ecológica siga floreciendo, como en Mals. Y es que las investigaciones coinciden en una cosa: cuanto más ecológica sea la agricultura, mejor para la biodiversidad.

(ar/ers)