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Soluciones científicas para las secuelas de la minería

Klaus Deuse
19 de agosto de 2021

Un centro de investigación de Bochum ha desarrollado conceptos y técnicas para lidiar con el legado de las operaciones mineras. Los especialistas utilizan sondas de profundidad, drones y datos satelitales.

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Exkursion Technische Hochschule Georg Agricola THGA Schachtsanierung Alstaden 2/3
Imagen: Volker Wiciok

El centro de investigación FZN, de Bochum, es el primero a nivel mundial que se ocupa de lo que dejan tras de sí las faenas mineras cuando termina su operación. Especialistas en materiales investigan, por ejemplo, la oxidación de los metales, o el proceso de degradación del plástico. Los resultados de sus análisis pueden contribuir a desarrollar nuevos materiales sintéticos que se desintegren más rápido que los actuales. "Quizás sea este un camino para reducir un poco las montañas de plástico en el mundo”, dice el profesor Michael Prange, del FZN, refiriéndose a uno de sus proyectos.

La minería tiene consecuencias a largo plazo con las que hay que lidiar. En el FZN, de la Escuela Superior Técnica Georg Agricola, trabajan 40 científicos desarrollando estrategias para manejar las secuelas en el aspecto económico y técnico, y hacerlas más llevaderas para el medio ambiente. Entre ellos se cuentan, por supuesto, expertos en minería, al igual que geólogos, químicos, especialistas en electrónica, economistas y otros. Todos estos especialistas realizan aquí un trabajo interdisciplinario.

Interés internacional

No se trata solo de los desechos, sino también de cómo se puede dar mayor sostenibilidad a los procesamientos de materias primas aún en marcha. La idea es pensar y planificar desde ya la larga fase posterior a la actividad de una mina.

En vista de que en muchos países hay problemas similares, las soluciones y tecnologías desarrolladas despiertan interés en el mercado internacional. El FZN ya registró ingresos superiores a 1,5 millones de euros el año pasado. Sus proyectos son respaldados además con fondos alemanes y de la Unión Europea.

Geomonitoring unter Tage mit Tiefseesonde
Monitoreo con una sonda.Imagen: FZN

Ese respaldo permite abordar diversos aspectos de la fase posterior a la operación minera, a nivel nacional e internacional, indica el geólogo Tobias Rudolph. Apunta que, en el caso de cada mina cerrada, hay que tener en cuenta las diferentes condiciones geológicas regionales. Y para eso se emplea la tecnología más moderna. Por ejemplo, mediante sondas que llegan a gran profundidad, se obtienen datos sobre la temperatura, la presión y la conductividad de agua de las fosas subterráneas.

 

Sobre y bajo la superficie

Debido a la intensa extracción subterránea de carbón, en algunas zonas mineras de Alemania se han hundido los suelos, creando hondonadas. Para que no se acopie allí el agua se ríos y lagos, el agua debe drenarse artificialmente. Es un proceso que afecta a todo el equilibrio hídrico de la zona y que tiene consecuencias para el uso de terrenos y recursos en el ámbito agrícola y forestal.

Con el cambio climático, se plantean también otros problemas. Los expertos del FZN estudian cómo se puede lograr que esas superficies resistan mejor períodos de sequía o fenómenos extremos como lluvias torrenciales. Tobias Rudolph explica que se utilizan datos de satélites y tomas aéreas hechas por drones: "Con esos métodos podemos registrar directamente modificaciones en la superficie y sacar conclusiones sobre alteraciones en el subsuelo”.

Tomando muestras del suelo.
Tomando muestras del suelo.Imagen: Volker Wiciok

También en otras actividades resultan de utilidad tales conocimientos. Expertos del FZN están desarrollando, por ejemplo, un sistema de monitoreo para vigilar los depósitos subterráneos de la industria del gas.

Nuevas posibilidades

Entre las tareas centrales, se cuentan los estudios sobre las posibilidades de utilización futura de áreas donde se practicó la minería. Sanear las zonas mineras cuesta dinero, pero también se pueden obtener ganancias de la infraestructura de las minas. Para eso, hay que averiguar "hasta qué punto las instalaciones subterráneas o el acceso al subsuelo puede ser útil”.

Por ejemplo, se puede pensar en utilizar el calor del agua de las fosas subterráneas para proveer de calefacción a hogares.

Este campo de investigación, sin duda, tiene futuro. Cerca del 30 por ciento de los 2.400 estudiantes de la Escuela Técnica Superior Georg Agricola de Bochum provienen del extranjero. Sobre todo de países en los que hay mucha actividad minera.

(er/ms)